Mientras estaba durmiendo escuché de lejos los maullidos de un gatito. Que buscaba? Supongo que leche. Me desperté a dársela y como de chica me gustaba ponerles nombres a todos los animales, seguí mi costumbre, le puse Coqui. Es un nombre horrible pero me hizo acordar a mi primer amor. Ya sé que estoy vieja casada y con hijos. Pero los primeros amores no se olvidan. Esos amores del beso en la mejilla, de las sonrisas tiernas, de los abrazos memorables. Esas cosas que quisieras volver a vivir. Y por ahí me acordé de una frase de una amiga diciendo que todavía cree en mirar a los ojos ¿Quien mira a los ojos ahora?
-Todo por este gato, todo por este gato- me repetí.
Mientras el gato tomaba toda la leche por cierto, me senté a mirar televisión en la cocina, primero que nada puse el agua para tomar junto con la segunda ración de leche del gato mi primer te de esa noche. Pasé noticieros, pasé esos canales que te enseñan a cocinar, pasé esos que te enseñan a vestirte, pasé y pasé. Hasta que llegué a un canal que veía de chica, asesinatos -IUJU dije en mi mente- se pasaban las horas y el gato seguía conmigo, Coqui era una gran compañía.
Cuando terminó el programa me acordé de Facu mi segundo amor, ese con el que ya me daba esos besos largos y enredados. El típico galancete, todos me admiraban al estar yo saliendo con el chico más lindo según todas. Mi humilde opinión (después de haber salido con él): era un pavo real.
-El té por mis abues!- me olvidé.
Ahora digamos que mientras tomaba el té me acordé de Roberto, el peor chico de mi vida. Les juro era un desastre. Ese pelo largo y ese piercing que lo hacían tan pero tan HOMBRE. Pero para que esa clase de hombre.
Yo creo que cuidaba más a su guitarra que a mí, tenía un amor por todo lo que estaba mal, era un rebelde empedernido. Y yo tan ingenua con mis apenas 16 años, lo seguí.
¿Se imaginan? La mayoría de mis salidas terminaban mal, por suerte me lo prohibieron, pero obviamente yo y mi ingenuidad no lo entendimos, así que mis peleas con mis padres empezaron y todo por culpa de Robert. Chau Roberto! suerte en tu rebelde vida.
Bueno ahora terminé mi té, terminó el programa y terminé de acordarme de mis amores.
O no? Como olvidarlo! Soy tan tonta...
Fer el chico más perfecto de todo el mundo, sensible, dulce, sincero, aprobado por mis padres (algo importante ¿no?).
Jugaba al rugby, así que era un chico notablemente sano.
Pero lamentablemente o no sé si tanto, estaba volviendo con mi racha de galancetes y nunca había sido buena novia con respecto a mis celos. Pero para mi suerte yo nunca había sido una chica fea, digamos que tenía algo que preferían los hombres, muchos hombres.
Fer fue el novio perfecto, besos, abrazos, besos y más abrazos, sin olvidar la hermosa rosa blanca que me regaló para San Valentín. Perfecto.
Bueno ahora estoy en mi cama con mi esposo al que nunca le contaré mis andanzas. ¿Que haría si se entera de que preferí la rosa de Fer?
Esto queda entre nosotros.
Lourdes Juárez -Casi Casi-
viernes, 6 de febrero de 2009
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